Nací en Cuba y he vivido en Estados Unidos durante 30 años. Mi familia y yo llegamos en busca de libertad y nuevas oportunidades. Antes de convertirme en profesional de la salud, serví con orgullo como médico en la Fuerza Aérea durante más de 11 años, donde aprendí el valor de la dedicación, la disciplina y la compasión.
Decidí dedicarme a la medicina porque siempre he querido ayudar a los demás y marcar una diferencia positiva en la vida de las personas. Un buen día de trabajo es aquel en el que sé que logré ayudar a alguien y mejorar su día.
En Sanitas, quiero que mis pacientes sepan que siempre los escucharé, los atenderé con empatía y me aseguraré de comprender sus necesidades. Mi prioridad es ofrecer una atención médica compasiva y de alta calidad.
Cuando me quito la bata, disfruto pasar tiempo con mis mascotas —dos perros y tres gatos— que llenan mi hogar de alegría y energía.