Gastritis, una enfermedad de la vida moderna

Consejos del doctor, Nutrición y fitness / Revista Bienestar Sanitas Ed.128. Texto: Maricielo Acero

Gastritis, una enfermedad de la vida moderna

Si hay una enfermedad asociada a los afanes de la modernidad, esa es la gastritis. Todos en algún momento hemos experimentado ese dolor en la boca del estómago que nos quema. A continuación despejamos los principales interrogantes entorno al tema.

Mito: Comer cítricos 
da gastritis.


Realidad: Falso. Los cítricos por sí solos no incrementan la acidez del estómago al punto de causar gastritis. Lo que ocurre es que los alimentos ácidos pueden favorecer la aparición de reflujo gastroesofágico (devolución del alimento del estómago hacia el esófago) y dar lugar a síntomas como ardor en la boca del estómago, acidez, agrieras y distensión abdominal, explica el médico gastroenterólogo Óscar Gutiérrez. Como la inflamación e irritación de la mucosa que recubre el estómago tiene muchas causas, lo mejor es prestar atención a cualquier alimento que produzca de forma repetida molestias digestivas, porque cada quien tiene una sensibilidad individual y no hay nada escrito. Lo que le hace bien a alguien, a otra persona puede caerle como una piedra, y en ese caso es mejor excluir el alimento de la dieta.

Mito: El estrés causa gastritis.

Realidad: Falso. Si bien lo que pase por la mente precipita o hace más fuertes las molestias propias de la gastritis —así como de otros problemas de salud—, no hay suficiente evidencia médica que demuestre que el estrés sea responsable de la gastritis crónica, es decir, la que persiste por meses o años. Las preocupaciones, el mal genio y el acelere hacen que aumente la secreción ácida del estómago de forma temporal, y eso puede acrecentar esa sensación de agujero en la boca del estómago que ocurre durante la gastritis aguda (la que dura unos días o unos momentos).

Mito: Aguantar hambre produce gastritis.


Realidad: Falso, no de una forma directa. Saltarse los horarios de las comidas y pasar largos periodos de ayuno lleva a que los jugos gástricos aumenten la irritación en la mucosa del estómago. Además, con hambre muchas veces se ingiere un exceso de alimentos, y así, el sistema digestivo se va volviendo cada vez más sensible. Lo mejor es hacer entre cinco y seis comidas pequeñas al día, disfrutando de lo que hay en el plato.

Mito: El cigarrillo daña los pulmones, pero no el estómago.


Realidad: Falso ¡Error! Muchas personas no asocian el hábito de fumar con la gastritis, pero ya está demostrado que la nicotina y los demás tóxicos del cigarrillo aumentan la producción de ácido clorhídrico en el estómago, propiciando la aparición de esta afección. Así mismo, el tabaquismo es una causa directa del cáncer de esófago, de páncreas y de estómago. Hay que precisar que hasta hace un tiempo se creía que el café favorecía dicha afección, pero hasta ahora ninguno de los estudios más completos ha demostrado que el consumo moderado de café (entre tres y cuatro tazas al día) desencadene los síntomas. Por el contrario, se ha visto que la fibra soluble obtenida del café contiene sustancias (antioxidantes, minerales y vitaminas) benéficas para la flora intestinal.

Mito: La gastritis es una infección.


Realidad: La gastritis es ocasionada por una infección bacteriana. En
la década del ochenta, el gastroenterólogo australiano Barry Marshall encontró que una bacteria que 
habita en la mucosa del estómago,
 llamada Helicobacter pylori, es la directa responsable de la gran mayoría de los casos de gastritis, úlceras 
y cáncer gástrico, porque genera inflamación permanente de las mucosas. Hace poco la Organización Mundial de la Salud le dio la clasificación de carcinógeno categoría 1 a esta bacteria por su capacidad carcinogénica comprobada. A veces las personas consumen medicamentos que sólo contienen un componente conocido como omeprazol, cuya acción es reducir la cantidad de ácido clorhídrico para aliviar el malestar, pero no es capaz de erradicar la bacteria. El tratamiento consiste en suministrar antibióticos específicos para atacar el microorganismo de raíz.

Mito: A los niños no les da gastritis

Realidad: Falso. Los estudios clínicos han evidenciado que hasta el 80% de los niños en países subdesarrollados ya tienen la infección de la Helicobacter pylori antes de los 10 años. Por eso, no están exentos de padecer la enfermedad. De otra parte, los menores suelen copiar los hábitos de los adultos y cada vez es más frecuente diagnosticar en los infantes afecciones que antes se creían exclusivas de los adultos. A eso hay que agregar que los pasabocas en paquete y las comidas rápidas contienen grasas, salsas, condimentos, preservativos y aditivos que irritan la mucosa gástrica, sin olvidar que las gaseosas, con o sin gas, son una mezcla de varios elementos químicos y sabores artificiales con agua e incrementan la acidez y la secreción de ácido en el estómago. De ahí que la gastritis no diferencie edad, sexo o condición social.

Mito: Se puede tomar algún analgésico para aliviar la gastritis.

Realidad: No. Los analgésicos y anti inflamatorios que se venden de forma libre, así como los antibióticos, son fármacos que debilitan las defensas del estómago, por lo que no deben consumirse con frecuencia y menos en caso de dolor gástrico. Muchas personas toman este tipo de analgésicos para calmar la gastritis y lo único que logran es acrecentar la molestia. Se recomienda que los individuos que tomen analgésicos a menudo por ciertas condiciones, como la artritis, evalúen con el médico la dosis, elijan presentaciones que eviten el contacto directo con el estómago, y traten de consumirlos siempre con los alimentos o con antiácidos, para reducir el daño en la mucosa gástrica.

Mito: Los antiácidos curan la gastritis.

Realidad: No. Estos medicamentos tienen un efecto de corta duración; alivian, pero no curan el problema. Además, no son inocuos. Un estudio realizado por médicos holandeses y publicado el año pasado en The Journal of the American Medical Association (JAMA), demostró que los antiácidos aumentan la vulnerabilidad a otros tipos de infecciones, ya que la acidez natural del estómago sirve de defensa contra agentes patógenos que están en los alimentos que se consumen. Al bloquearse la producción de ácidos, los microorganismos pueden dar lugar a mayor número de infecciones. Cuando se deban consumir por más de un par de semanas, es importante que haya una evaluación médica para determinar la causa de los síntomas.

Mito: Hay que tomar mucha agua.

Realidad: No. Aunque el agua es sinónimo de vida, la cantidad de líquidos que el organismo necesita es de dos a tres litros por día, incluyendo los que se adquieren de sopas, frutas, ensaladas, café, té y jugos. Tomar más de la cuenta es perjudicial por muchas razones, entre ellas porque los riñones no son capaces de filtrarla con la suficiente rapidez y eso hace que los componentes de la sangre (sodio, potasio y cloro) se diluyan, lo que puede ocasionar edema cerebral y otras alteraciones en órganos vitales. Tomar mucha agua también altera el pH del estómago, lo que podría intensificar los síntomas de la gastritis.

La forma ideal de tratar la acidez es de una forma natural, con unos sencillos cambios en el estilo de vida que lleven a comer más frutas (no cítricas) y verduras, a alejarse del cigarrillo y del exceso de alcohol, y aprender a sortear las dificultades con serenidad.