Nací en Cuba y vine a los Estados Unidos cuando tenía 15 años. Creo sinceramente que cada persona nace con un propósito en la vida, una vocación. La mía fue el aspecto humano de la medicina y comprender el misterio del cuerpo humano. Tuve la bendición de saber cual era mi propósito en la vida desde que era niña, y esto le ha dado sentido y alegría a mi vida. Quiero que mis pacientes sepan que en Sanitas descubrirán y experimentarán un nuevo modelo de salud, cuyo objetivo principal es brindar una atención de calidad que integra la ética profesional y el mayor respeto a los valores humanos. Cuando me quito la bata, me complace pasar tiempo de calidad con mi familia y aprecio cada uno de los momentos que podemos compartir. ME ENCANTA ser mamá de mi preciosa hija. Rara vez tenemos tiempo de aburrirnos, y cuando estamos juntas la pasamos abrazándonos, riendo y bailando. Si bien es cierto que ayudar a mis pacientes es mi vocación, la maternidad es mi mayor logro.