Soy una orgullosa abuela de tres niñas maravillosas, ¡y espero pronto dar la bienvenida a otro nietecito! Desde muy joven sentí un profundo deseo de ayudar a las personas a sanar y sentirse escuchadas. Esa vocación me llevó a la medicina, donde puedo combinar la compasión con la ciencia para marcar una verdadera diferencia en la vida de los demás. Es un privilegio acompañar a mis pacientes en su camino hacia una mejor salud. Un buen día de trabajo significa haber hecho sentir mejor a alguien, ya sea aliviando un dolor, calmando una preocupación o simplemente estando presente para escuchar. Disfruto mucho el trabajo en equipo y la energía que se crea cuando todos trabajamos con un propósito común. En Sanitas, recibirás el tipo de atención que le daría a mi propia familia. Me tomo el tiempo para escuchar tus preocupaciones, explicarte las cosas con claridad y ofrecer un cuidado personalizado y reflexivo. Sobre todo, me importa sinceramente tu bienestar. Cuando me quito la bata, disfruto leer un buen libro, trabajar en el jardín y pasar tiempo al aire libre. Estas pequeñas alegrías me ayudan a recargar energías y mantener el equilibrio para dar lo mejor de mí cada día.