Nací y crecí en un pequeño pueblo de Cuba llamado Calabazar de Sagua. Hablo español pero al trasladarme a Estados Unidos en 2.006, aprendí a hablar inglés. La decisión de estudiar Medicina fue temprana, ya que desde que era muy joven los médicos y profesionales de salud siempre me inspiraron. No hay sensación más gratificante que ayudar a mis pacientes a sentirse bien de nuevo, especialmente a los jóvenes. Un buen día de trabajo para mí es cuando puedo dar un diagnóstico preciso a mis pacientes y facilitarles tratamientos fáciles y seguros. Nuestra dedicación a los pacientes es total. Les acompañamos desde el momento en que programan su cita hasta la fecha en la que reciben el alta, siempre acompañados de una atención compasiva durante todo el proceso. Mi tiempo libre lo dedico a mi familia. Les cocino mientras recordamos viejos tiempos. También me gusta leer revistas médicas, lo que me permite estar al día acerca de las últimas investigaciones.